España y Europa 2020 (tarea 2)

 Hasta el momento España sigue muy por detrás de la media europea en temas de educación. Así es oficialmente de acuerdo con los resultados de PISA de los colegios españoles, los cuales no son sino vergonzosos (exceptuando la comunidad de  Castilla y León) en comparación con el resto de países, salvo Portugal y Malta. Pongámonos en situación.

Europa 2020 surge como un plan de evolución de la UE para no solamente solventar precaria situación en que la economía europea se encuentra a principios de la década de 2010, sino también para planificar estratégicamente un modelo de crecimiento sostenible, integrador e innovador, capaz de una mejor gestión de sus recursos y capaz de neutralizar la terrible crisis de desempleo que sacude al viejo continente. En lo que nos ocupa, en materia de educación, se propone reducir el porcentaje de abandono y fracaso escolar. No obstante, España sigue, de acuerdo con  la línea que marca en la década del 2000, arrojando malos resultados.

Tampoco es una sorpresa teniendo en cuenta la trayectoria mutante que describen las leyes en materia de educación en nuestro país. Parece que hemos probado de todo y no es así. Cambiar cada pocos años el proyecto legislativo en educación de forma que pase sin apenas marcar diferencias no ayuda. En este sentido quizás sería efectivo aplicar objetivos comunes a todo el marco europeo a través de una ley educativa común a todos los países. Si conseguimos remar en la misma dirección todos tal vez haya posibilidad de evolución, aunque unificar la variedad de proyectos educativos puede traer consecuencias desfavorables. Si la educación se establece de forma unilateral corremos el riesgo de perder la calidad en la variedad que garantiza la heterogeneidad del pensamiento.